Bienvenidos y bienvenidas a mi blog. No se me ocurre mejor forma de empezar que con las impresiones de mis primeras prácticas. Este texto lo escribí el último día de mi experiencia como maestra en prácticas en un aula de tres años. Es un periodo corto de tiempo pero tras él hay un sin fin de sensaciones y emociones que hacen que todo valga la pena. Espero que os guste.
"Nunca pierdas el niño que llevas dentro" y es que si de algo saben ellos es de felicidad. Vivir sin complicaciones, decidir con un "pito pito gorgorito" las decisiones más importantes, pelear por quien ha llegado primero a la fila y solucionarlo con cualquier juego tonto en el patio, ser feliz con un simple juguete de plástico y sentir la mayor responsabilidad del mundo al tener que ocuparte del peluche de la clase cuando va unos días a vivir experiencias contigo. Estas pequeñas cosas son las que estos enanos con corazón tan gigante me han recordado estos días. Cuando la gente me pregunta ¿Por qué magisterio? ¿ y por qué infantil si solo lloran y pegan mocos en la pared? Pues he de deciros que no hay palabras para explicar lo que se siente cuando te dicen un "seño te quiero" a pesar de que lleves con ellos apenas una semana, que la satisfacción de ver como progresan no es comparable a nada del mundo, y que sus abrazos y sus besos son el mejor antídoto para un mal día. Esto se acaba, pero ahora sé que esto es lo que quiero, únete al sueño, hazlo realidad.